viernes, 23 de septiembre de 2016

Visión, misión, valores y logros

Seguramente, muchos recordarán la famosa entrevista que le hicieron a Diego Maradona cuando, siendo aún un niño, un periodista le preguntó cuál era su sueño. En ese video, el pequeño Maradona respondía que su sueño era “jugar en el Mundial y salir campeón con la octava” (Maradona, minuto 0:35), refiriéndose a una división juvenil del fútbol argentino en la que Maradona jugaba en ese momento para el club Argentinos Juniors.
Tenemos aquí un sueño a largo plazo y muy difícil de alcanzar para un niño que practicaba fútbol en un barrio de la periferia: jugar en el mundial; y otro sueño mucho más inmediato y alcanzable: salir campeón con la octava división.
Esa misma pregunta, o alguna similar, ha sido formulada a todo niño o niña en algún momento de su vida. Así es como insistentes tías o abuelas cuestionan a sus pequeños con preguntas tales como: ¿Qué quieres ser cuando seas grande? ¿Cuál es tu sueño? Lejos de molestarle al niño, cuando se le pregunta qué quiere ser cuando sea grande, su mente inmediatamente conecta con un futuro distante en el que se ve a sí mismo como un adulto haciendo algo íntimamente ligado a sus gustos, sus valores y sus pasiones. No hay en esa respuesta espacio para la especulación ni para fríos cálculos; solo sueños, logros y la sensación de haber llegado a una meta que se suponía lejana y desafiante...
Ese ejercicio, el de soñar proyectándose hacia un futuro distante pero alcanzable, también lo practican las empresas durante sus primeros años de existencia, cuando todavía se encuentran en sus etapas iniciales y buscan una referencia en el horizonte para poder proyectarse. Al resultado de este ejercicio de sueño e imaginación lo llamamos declaración de visión, y constituye una de las piezas clave en el pensamiento estratégico.
Como también pasa con los sueños, las declaraciones de visión son de diferentes tipos, formatos y colores. No hay un modelo predeterminado, ni espacios en blanco para rellenar. Una rápida recorrida por las declaraciones de las principales empresas del mundo nos permitirá ver una multiplicidad de estilos. Sin embargo, todas esas visiones tienen algo en común: están planteadas de tal modo que sirven de guía e inspiración para toda la organización, a la vez que reflejan valores y comunican (propósitos y grandes objetivos.
Si bien no se trata de una herramienta comúnmente utilizada por las empresas más pequeñas, y esto es algo sobre lo que debiéramos reflexionar, una característica común a las grandes empresas, aquellas que admiramos por sus productos, sus logros o su estilo de gestión, es que todas ellas tienen una ambiciosa y estimulante visión, generalmente elaborada en los momentos fundacionales por un conjunto de inspirados y visionarios líderes.
Estas visiones son las que han servido, durante décadas de crecimiento, para marcar sus caminos hacia el destino de grandeza imaginado...

(El texto pertenece a Jorge Fantín, y fue escrito como parte de la materia Dirección General para Universidad Siglo 21)