viernes, 26 de junio de 2015

Saber gestionar positivamente éxitos y fracasos

Me gusta leer los diarios todos los días. A veces es interesante conocer lo que pasa para tener temas de conversación, otras veces solo para reflexionar internamente sobre las personas y los acontecimientos que suceden en otros lugares, más allá de mi vista limitada.
Hace unos días leí en un periódico deportivo un artículo de Martí Perarnau que titula: “Talento bajo sospecha” con reflexiones que van más allá del fútbol, lo cual siempre es de agradecer.
El artículo cita a un futbolista inglés Danny Blanchflower que dijo: “La gran falacia es que el fútbol es en primera y última instancia algo que tiene que ver con el triunfo; el fútbol tiene que ver con la gloria, con hacer las cosas con estilo y elegancia”.
El propio Martí añade: “el triunfo es la droga que lo ciega todo: el talento, el estilo, y que impide valorar en su justa medida el progreso de un jugador, su esfuerzo medido en algo más que esfuerzos tribuneros o la solidaridad colectiva que sacrifica el “yo” por el “nosotros”. En estos tiempos en que el dribling ya es vituperado, cualquier día oiremos que se abuchea un buen pase
Casi parece sacado de un libro de crecimiento personal pero con un regusto diferente a los actuales. Alcanzar el objetivo, tener éxito es importante, no puedo negarlo, pero ¿no estamos poniendo demasiado énfasis a si se han conseguido triunfos como la única vara de medir? ¿Y el esfuerzo? ¿Y el mero hecho de haberlo afrontado? ¿Y el aprendizaje conseguido?.
De acuerdo, no se ha conseguido, aceptémoslo, pero aunque no se haya conseguido ¿no se han hecho cosas valiosas? ¿Es que todo estaba mal? ¿Por qué no centrarse, también, en lo que se ha hecho bien? Aceptar el no haber conseguido un objetivo como parte del proceso sin desmotivarse y con ganas de seguir intentándolo forma parte de la tan necesitada, vital  y valiosa tolerancia a la frustración
Leo en el artículo otro punto interesante: “El nivel de juego seguramente subiría mucho si el resultado final de los partidos no fuera tan importante. El miedo a la derrota y la pérdida de puntos corroe la confianza de los jugadores” (Champan, entrenador del Arsenal)
¿A qué se refiere la cita? ¿A jugar a fútbol? ¿A hablar en público? ¿A afrontar desafíos? Todos sabemos que el miedo a la evaluación está altamente vinculado con la ansiedad y la ansiedad, a niveles excesivos (distress), hace que nos hundamos por lo que es importante aprender a gestionar los resultados desfavorables, es decir saber que forman parte del aprendizaje y que son inevitables.
Todos estamos de acuerdo con eso, ¡seguro! Ahora bien, cuando un niño se acerca a su padre después de haber perdido un partido, por ejemplo, y el padre le dice “no pasa nada” para animarlo, observa cómo lo dice, cómo son sus tonos, cómo son sus expresiones no verbales. A veces el mensaje “suena” a compasivo. El niño ha perdido pero ¡no es tonto!. Además sólo con comparar con lo que el padre dice y hace cuando gana, al niño le queda claro lo que significa realmente perder y muchas veces lo que le dicen/hacen no está vinculado a una adecuada gestión de la derrota. Y lo mismo vale para adultos ante la no consecución de un objetivo.
Concluyendo: gestionar adecuadamente éxitos y fracasos forman parte de nuestra/su ecuación del crecimiento personal. Insisto, alcanzar el objetivo es importante, pero también es importante aprender que no siempre se consigue, que hay muchas variables que uno no controla y que hay que valorar muchos más factores así controlaremos ese distress y, en general, seremos más efectivos.




http://www.sport.es/es/noticias/marti-perarnau/talento-bajo-sospecha-4302697
http://www.eduardoresbier.com/talento-bajo-sospecha/#

domingo, 21 de junio de 2015

El bienestar no se alcanza solo con el crecimiento económico

En estos días donde se ha generado una importante polémica respecto a los índices de pobreza en nuestro país, creo necesario hacer algunas aclaraciones respecto a los alcances de esos índices, y de nuevos elementos que se han introducido en el análisis, por ejemplo las expresiones "progreso" y "bienestar". 
El progreso y el bienestar de la gente implican mucho más que “vivir por debajo o por encima de la línea de pobreza”, según los cerca de 30 especialistas, representantes de gobiernos y de parlamentos de 10 países de la región reunidos en Quito en un seminario sobre el “buen vivir” auspiciado por el Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD) y el Gobierno de Ecuador.

Los análisis, discusiones y ejemplos de cómo los países ya están adoptando nuevas formas de entender y medir el bienestar servirán de insumos para el próximo Informe sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe 2016 Progreso multidimensional: bienestar más allá del ingreso”, del PNUD.. El informe se concentra en lo que esta “detrás” de la salida de la pobreza y del ascenso de clases medias en la región: las “capacidades y activos” de las personas y hogares como el nivel de educación, tener casa propia, acceder a la protección social, y otros “colchones” que eviten que las personas caigan en la pobreza.

“Es crucial redefinir la propia idea del progreso; qué significa vivir bien y cómo la gente ha percibido las trasformaciones en nuestras sociedades ya que el ingreso no lo dice todo,” dijo la Subsecretaria General de la ONU y Directora del PNUD para América Latina y el Caribe Jessica Faieta. “También es fundamental centrarse en las exclusiones, discriminaciones y vulnerabilidades que todavía limitan las oportunidades de los y las latinoamericanas: las nuevas políticas públicas tienen que reflejar eso.”

“Cuando hablamos del "buen vivir" pienso en como potenciar las capacidades de todas y todos los ecuatorianos, como mejorar los servicios sociales, ampliando el acceso a los servicios,” dijo Cecilia Vaca Jones, Ministra Coordinadora de Desarrollo Social de Ecuador. ”Y los testimonios mismos de los usuarios nos ayudan a entender y mejor atender a las diversidades a nivel territorial."

Percepciones del buen vivir - Encuestas realizadas por Gallup entre 2013 y 2014 procesadas y divulgadas hoy por el PNUD dan indicio de la percepción de bienestar entre los latinoamericanos y caribeños.

La mayoría (71%) está tan satisfecha con su nivel de vida y con las cosas que pueden comprar y hacer como los habitantes de la Unión Europea y la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (la OCDE, conocida como el club de los países ricos).

Asimismo las y los latinoamericanos y caribeños son los más satisfechos con sus rutinas: un 49% de personas que declararon “estar fuertemente de acuerdo” con la expresión “te gusta lo que haces de manera cotidiana”, comparados con 38% en América del Norte, 37% en los países nórdicos y 20% en Asia Oriental como última entre todas las regiones.

Además, en América Latina y el Caribe las personas de mayor edad o menor nivel de educación muestran mayores niveles de preocupación, según los resultados de la encuesta. Mientras que el 44% de la población total mostró preocupación, el porcentaje para la población de 50 años o más fue de un 50% y el de las personas con ocho años o menos de educación formal fue de un 49%.

Las percepciones de hombres y mujeres también son distintas. La encuesta reveló que una mayor proporción de las mujeres (46%) que de los hombres (41%) experimentó preocupación, y las mujeres revelaron preocuparse un poco más (33%) que los hombres (29%) por el dinero. Además, más mujeres (27%) que hombres (17%) declararon haber sentido tristeza el día anterior.

Además, alrededor de un tercio (31%) de las y los latinoamericanos y caribeños han experimentado preocupación por el dinero. Sin embargo, mientras menor el ingreso mayor la preocupación por dinero. Las personas que más declararon preocuparse por el dinero según su ingreso (39%) fueron las que conforman al 20% más pobre de la población. Asimismo, el grupo más preocupado por el dinero (35%) tiene entre 30 y 49 años.

“Vemos claramente la importancia de ampliar la mirada más allá del ingreso y el crecimiento económico cuando un tercio de la población de la región dice haber experimentado preocupación por el dinero, a pesar de que dos tercios se encuentren en situación de pobreza y vulnerabilidad (respectivamente, el 25% vive con menos de cuatro dólares diarios y el 38% vive justo por en cima de la línea de pobreza con entre cuatro y 10 dólares diarios, un total de 68% según datos del PNUD),” dijo el economista jefe del PNUD para América Latina y el Caribe George Gray Molina.

“El progreso material y la percepción de cambios en la vida cotidiana no siempre coinciden; por ello, estamos aquí en Quito, escuchando de experiencias de vanguardia sobre nociones alternativas de bienestar, como las de Bolivia y Ecuador.”

En las próximas semanas el equipo que prepara el informe recorrerá la región para recoger el testimonio de personas de diversos grupos sociales sobre estos temas para ampliar la noción de lo que significa vivir una vida deseable, cómo cambian estas percepciones dentro de la misma región, entre los distintos, países, territorios, comunidades, familias e individuos. El Informe sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe 2016 también utilizará estos datos en recomendaciones de políticas públicas.

Fuente: http://www.latinamerica.undp.org/

viernes, 20 de marzo de 2015

¿La felicidad se puede medir? ¿Pueden las políticas públicas encargarse de la "felicidad del pueblo"?

En primer lugar, es importante definir lo que queremos decir cuando hablamos de “felicidad”. La palabra puede ser usada en al menos dos sentidos: como una emoción –“¿fuiste feliz ayer?”-, o como una evaluación –“¿En general, eres feliz en tu vida?”
Ambos significados aportan información valiosa que puede ser útil para los tomadores de decisión. Al fin y al cabo, lo que a menudo determina el comportamiento de la gente es cómo se siente en ese preciso momento. Sin embargo es el segundo uso, el evaluativo, el más importante a la hora de pensar en el desarrollo humano y el progreso.

Llevo hablando sobre la medición de la felicidad y la utilidad de estos datos cerca de 15 años, como parte de un trabajo más amplio que es la medición del progreso y el desarrollo. Y cuando hablo con la gente sobre bienestar subjetivo y desarrollo intento destacar cuatro puntos clave.

Primero, la felicidad se puede medir. La ciencia es todavía joven pero la medición es, en principio, fácil: simplemente debemos preguntar a las personas cómo se sienten. Pero ¿cuán exactas son estas mediciones? Los resultados de muchas encuestas confirman que las personas no confunden la felicidad del día a día con su satisfacción general en la vida, así que resulta posible diferenciar ambas respuestas. Por supuesto, puede ser difícil comparar las mediciones de las emociones entre idiomas y culturas diferentes, pero se han hecho esfuerzos considerables para entender esas diferencias y que sean reconocidas.

Segundo, creo que, por motivos pragmáticos, las mediciones de satisfacción en la vida son las competidoras más fuertes  para conseguir desviar la atención pública del PIB como un barómetro popular del progreso. Muchos de aquellos que andan buscando ir más allá del PIB reconocen que esta medición sigue siendo el centro de atención, y lo es, por lo menos en parte, debido a que es un solo número y resulta más fácil de interpretar que un conjunto de indicadores de bienestar: PIB alto – bueno; PIB bajo – malo. De hecho, fue el poder de un solo indicador resumen lo que llevó a la creación del propio Índice de Desarrollo Humano (IDH).

Pero, mientras que la gente puede no estar de acuerdo sobre la construcción conceptual y matemática del IDH (¿por qué el aumento en la esperanza de vida tiene el mismo peso a la hora de formular este índice que el incremento en la escolarización?), una simple medición basada en la satisfacción subjetiva evita estos problemas. Es también un concepto cercano a los ciudadanos y atractivo para los medios de comunicación; y puede proveer de una mirada convincente hacia el mundo del bienestar. Por lo tanto, estas mediciones son una poderosa herramienta de comunicación. Nunca me atrevería, eso sí, a decir que estas mediciones sobre el bienestar subjetivo son todo lo que necesitamos para evaluar el progreso humano. Sin embargo, se trata de un complemento útil. Puede incentivar el debate sobre todos aquellos aspectos que afectan cómo nos sentimos acerca de la vida. Y como ésta se ve afectada por casi todo, un cálculo de la felicidad es un caballo de Troya para la medición del desarrollo humano.

Tercero, la medición de la felicidad puede resultar importante para la política pública. El trabajo pionero de Daniel Kahneman sobre economía del comportamiento ha demostrado que los sentimientos de las personas afectan su conducta. Por ello, cualquiera que quiera influir en los ciudadanos, empleados o consumidores haría bien en entender cómo se siente la gente. Por otra parte, cada vez existen más  evidencias sobre los efectos que tienen nuestras emociones sobre otros aspectos de la vida más “objetivos”. La relación entre felicidad y buena salud parece plausible, aunque en ocasiones sea difícil de probar. Por ejemplo, un estudio examinó a una orden de religiosas en Milwaukee, observando las relaciones entre felicidad y esperanza de vida entre un grupo de mujeres que se unieron a la orden a los 22 años. A los 85 años, el 90% de las religiosas más alegres (cuando entraron al convento) todavía estaban vivas en comparación con un tercio de las monjas menos alegres. A los 94 años, más de la mitad de las más alegres aún estaban vivas, en comparación con el 10% de las menos alegres.

Fascinante, sin duda, ¿pero qué significado real tiene para la política pública? Lord Gus O’Donnell, ex jefe del servicio público británico, ha mostrado una serie de ejemplos interesantes de por qué esto es importante para los gobiernos. Estos van desde poner más atención a la salud mental, hasta tomar en cuenta el bienestar, más que el dinero, en el análisis del costo-beneficio para evaluar donde construir nuevas carreteras. O’Donnell señala que “los gobiernos se están dando cuenta cada vez más de que el uso el bienestar como una medida de éxito puede dar lugar a mejores políticas”. Además, a medida que se recojan más datos sobre bienestar es probable que surjan políticas más innovadoras y los funcionarios públicos pueden comenzar a usar esos datos.

Y por último, mirar las evaluaciones del bienestar subjetivo ofrece una perspectiva útil y adicional para medir el desarrollo humano, incluido el IDH. Hay una correlación fuerte entre las dos mediciones mencionadas anteriormente, como muestra el capítulo 8 del Informe sobre felicidad en el mundo. Esto resulta tranquilizador. Pero lo que es realmente más interesante, para cualquiera que intente entender los caminos para el desarrollo, son aquellos países donde las dos mediciones no están en sintonía. Por ejemplo Egipto.


El bienestar subjetivo y su medición no es solo un lujo para el mundo desarrollado. Es importante para cualquier país. Y aunque esta ciencia es todavía joven y requiere de mayor investigación, especialmente de los países en desarrollo, es un área que, creo, va a resultar cada vez más interesante para cualquiera que desee entender y promover el desarrollo humano.



(Texto adaptado. Basado en contenido web)

lunes, 2 de marzo de 2015

Aprender para cambiar

"Nos encontramos en un punto de la historia en que el conocimiento es central. Se habla de organizaciones que aprenden, del valor del know how y de la sociedad del conocimiento: todo a nuestro alrededor es un desafío, y ante todo lo hecho, solo nos cabe esta rara sensación de que todo parece estar por hacerse…
“El aprendizaje constante es esencial en la sociedad del conocimiento” decía Peter Drucker. Y esto tiene que ver con la generación constante de nuevo saber, con la aparición de nuevas herramientas, de nuevos enfoques.
La pregunta esencial sería: ¿Aplicamos esos nuevos conocimientos adquiridos?¿O simplemente utilizamos los nuevos conocimientos como una ropa nueva, que exhibimos en forma de un diploma o de un nuevo lenguaje? 
Esos libros que orgullosamente atesoramos en nuestra biblioteca ¿nos acompañan en el quehacer diario?
De nada sirve aprender si no vamos a construir desde ese nuevo conocimiento, o a aplicar desde esa nueva herramienta. Comprometerse con la capacitación no es comprometerse con el estudio, es fundamentalmente comprometerse con el cambio y principalmente con nuestro propio cambio.
Dice Isao Nakauchi: “La razón de la existencia de una organización es convertir inmediatamente en acción lo que se aprende y hacer con ello una contribución a la sociedad”, y lo mismo cabe para los individuos; nuestra razón de ser es mejorarnos y mejorar nuestra sociedad, y para ello no alcanza con el saber, es imprescindible el hacer.
Desde esa visión debemos planificar nuestra capacitación y la de la gente de nuestras organizaciones desde una doble perspectiva: por un lado debemos pensar qué habilidades debemos incorporar a la organización y para qué lo haremos, es decir qué actitudes, aptitudes o prácticas debemos transformar para alcanzar nuestros objetivos organizacionales.
Pero además debemos planificar en qué medida daremos lugar al nuevo conocimiento en la organización, cómo nos aseguramos que lo aprendido pase a ser parte del acervo cultural del grupo.
Sin estos dos elementos de la mano, gran parte de nuestro esfuerzo será en vano. Si la capacitación no sirve para generar resultados positivos, pierde absolutamente su valor.

Capacitarse es “ponerse en capacidad de”. Hagamos de este potencial una realidad que nos haga más exitosos a nosotros, a nuestras organizaciones y a nuestra sociedad.   


(Texto adaptado. Basado en contenido web)

miércoles, 18 de febrero de 2015

La pobreza desde la mirada de sus protagonistas

Entender de manera apropiada qué es la pobreza ha sido objeto de numerosos estudios realizados desde hace mucho tiempo. 
A pesar de una cantidad importante de literatura sobre el tema, de recetarios para su alivio y de diferentes ópticas y metodologías para su medición, la realidad es que el mundo no ha sido capaz de dar una respuesta satisfactoria ni en la teoría –para explicar la pobreza– ni en la práctica –para erradicarla.
La típica respuesta a la pregunta sobre qué es pobreza está relacionada con la falta de recursos económicos. Hace pocas décadas, sin embargo, ha ganado espacio una visión “más integral” que define la pobreza como el conjunto de carencias –además del ingreso– en alimentación, educación, materiales de construcción y servicios de la vivienda. Ahora bien, estas respuestas son fruto de reflexiones rigurosas de analistas de diversas disciplinas, pero en muchos casos realizadas desde la comodidad de los escritorios.
Algunas publicaciones importantes realizan un acercamiento diferente, partiendo de que para definir bien el fenómeno y dar pistas para su erradicación es indispensable tomarle la palabra a quienes viven en pobreza. Es decir que, para hacer un diagnóstico apegado a la realidad se requiere un cambio de informante. En lugar de darle la primacía a la estadística, es indispensable ir a la fuente humana.

- “La pobreza es vivir en lo más pésimo que puede haber”, dijo una de las personas consultadas al pedirle que definiera qué es la pobreza. 
- “Pobreza es tener escasez, pero de todo...”
”Pobreza es no tener los recursos para poder comprar y satisfacer las necesidades que tenemos. Por eso, pobreza es la escasez de trabajo, porque si no hay trabajo, no hay dinero. O hay trabajo, pero si no se tiene la educación, no se logra”

Las personas consultadas describieron la pobreza en términos de las carencias más sentidas en sus vidas: tener grandes dificultades para alimentarse y comer casi siempre lo mismo, no contar con vivienda digna, no tener un trabajo fijo, carecer de acceso a servicios de salud y no tener oportunidad de acceder a una educación de calidad y a los niveles requeridos para poder conseguir un trabajo bueno y estable. 
Al mismo tiempo, caracterizaron la pobreza como vivir al día, sin esperar nada en el futuro. Junto a la escasez, otro sello distintivo de la pobreza es la inestabilidad.
En sus palabras, la pobreza es “no saber si se tiene para mañana”.


- Fuente: http://www.revistahumanum.org/revista/la-definicion-de-pobreza-desde-la-mirada-de-sus-protagonistas/#sthash.5azODXbS.dpuf

jueves, 29 de enero de 2015

¿Cambios...? Estamos en eso


¿Qué pensás de los cambios?
¿Los ves como una complicación, una amenaza, o un factor de inseguridad? Y a propósito, ¿en qué consiste la verdadera seguridad?
En una época creíamos que radicaba en la fuerza, o en el tamaño. Lo cual nos lleva a retrotraernos muchos años atrás, a la época de los dinosaurios.
Por muchísimos años fueron las criaturas más dinámicas, más poderosas y más temibles que había, Sin embargo los dinosaurios se esfumaron de la faz de la Tierra. Desaparecieron… porque tenían una debilidad: no se adaptaban fácilmente.
Y en un mundo que cambia, si uno no se adapta, desaparece.
Hasta hace poco el mundo no cambiaba tan rápidamente. Formas de vida, actitudes, pensamientos, leyes… permanecían inmutables durante cientos, durante miles de años.
Así, hubo una época en que la seguridad se podía encontrar en una rutina. Los seres humanos buscaban una rutina agradable y cómoda, escondían en ella la cabeza y pensaban que gozaban de verdadera seguridad.
Hoy la seguridad ya no se encuentra en una rutina. En un mundo en constante evolución es justamente en una rutina en donde menos seguridad hay.
La persona que goza ahora de mayor seguridad es aquella que tiene mayor capacidad de adaptación. Mayor capacidad para adaptarse a las nuevas pautas tecnológicas, sociales y culturales. Para saber moverse entre ellas sin perder visión del mañana, sin dejar de ir previendo el “hacia dónde vamos” en las futuras etapas que habrán de surgir inexorablemente… y que también inexorablemente quedarán atrás, dejando paso a otras nuevas etapas por venir…
Todo lo que nosotros conocemos hoy son los métodos antiguos más recientes de hacer las cosas. Todo lo que hacemos hoy va a ser hecho mañana de una forma nueva, de una forma mejor. Y si no lo hacemos nosotros lo harán otros, quizá nuestros competidores.
Es imposible detener los cambios. Y por eso el verdadero secreto del éxito está en enfrentarlos permanentemente, porque los cambios representan una constante oportunidad.

Estamos en eso…

(Escrito con base en apuntes de una conferencia dictada por Jorge Vazquez)

sábado, 17 de enero de 2015

¿Los conflictos pueden traer beneficios?

¿Tenés miedo de los conflictos? ¡Esto es perfectamente normal! Instintivamente, nuestro cerebro nos dice que el conflicto es peligroso, por lo que nuestra inclinación natural es luchar o huir. Sin embargo, el miedo al conflicto puede convertir a líderes, gerentes y empleados en “rehenes psicológicos” que están paralizados e incapaces de desafiar a otros.
La verdad es que podemos utilizar el conflicto bien manejado para traer enormes beneficios a personas y empresas. De hecho, la gestión de conflictos es a menudo uno de los principales impulsores del cambio. Manejado adecuadamente, puede ayudar a la gente a ser más innovadora y crear lazos más fuertes, construir equipos eficaces y mejorar el rendimiento. La clave es enfrentar abiertamente un problema y negociar un resultado de ganar-ganar. Estas son las seis cualidades esenciales para la gestión de conflictos.
1. Crear y mantener un vínculo, incluso con tu “adversario”
La clave para distender el conflicto es formar un enlace, o re-unirse, con la otra parte. No tienes que gustarle a alguien para formar un vínculo con él o ella. Sólo tenemos un objetivo común. Trata a la persona como un amigo, no un enemigo, y basa la relación en el respeto mutuo, la consideración positiva y la cooperación. Los líderes deben aprender a separar la persona del problema, realmente quieren ayudar a la otra parte y evitar respuestas negativas a los ataques o las emociones intensas.
2. Establecer un diálogo y negociar
En todo momento es importante para mantener la conversación relevante, mantenerse concentrado en un resultado positivo y ser consciente de la meta común. Es imprescindible para evitar ser hostil o agresivo. La etapa siguiente es la negociación, en la que se añade la negociación al diálogo. Hablar, el diálogo y la negociación crean dos operaciones genuinas, atractivas y productivas. Tenemos que utilizar la energía del cuerpo, las emociones, el intelecto y el espíritu.
3. “Poné el pescado sobre la mesa”
Esta expresión significa, simplemente, plantear una cuestión difícil sin ser agresivo u hostil. La analogía proviene de Sicilia, donde los pescadores, que están fuertemente unidos, ponen sus capturas ensangrentadas en una mesa grande para limpiar todo junto.
Ellos pasan a través del trabajo sucio y son recompensados con una gran cena de pescado al final del día. Si dejas un pescado bajo la mesa empieza a descomponerse y oler mal, cada vez peor. Por otro lado, una vez que un problema se plantea, podemos trabajar a través del desorden y encontrar un resultado mutuamente beneficioso. Lo importante a recordar es que no hay que darle una cachetada a la otra parte con los peces. Hay que ser directo, atractivo y respetuoso, siempre ayudando a la otra persona a “salvar la cara”.
Además, el tiempo es importante. No sería beneficioso elevar un tema tan difícil, como si un colega se estuviera yendo al aeropuerto. Podemos decidir no colocar el pescado sobre la mesa como una táctica, pero no porque queremos evitar el conflicto. Elegir el momento adecuado y las circunstancias adecuadas es parte de una estrategia de gestión de conflictos eficaz.
4. Comprender las causas de los conflictos
Para poder crear un diálogo encaminado a resolver el conflicto, tenemos que entender la raíz del desacuerdo. Entre las causas comunes de desacuerdo se encuentran las diferencias sobre los objetivos, intereses o valores. Puede haber diferentes percepciones del problema, tales como “Es un problema de control de calidad” o “Es un problema de producción”, y también puede haber diferentes estilos de comunicación. Energía, estado, la rivalidad, la inseguridad, la resistencia al cambio y la confusión acerca de los roles también pueden crear conflictos. Las personas egoístas, por ejemplo, los líderes que manipulan a otros para construir su propia identidad y auto-importancia a menudo son generadores de conflictos.
Es crucial determinar si un conflicto se relaciona con los intereses o necesidades. Los intereses son más transitorios y superficiales, como la tierra, el dinero, y el trabajo, las necesidades son más básicas y no para la negociación, tales como la identidad, la seguridad y el respeto. Muchos conflictos parecen ser acerca de los intereses, cuando en realidad son acerca de las necesidades.
Las pérdidas que provocan la mayoría de los conflictos tienen que ver con las necesidades, y esas necesidades pueden conectar a las heridas más profundas que las personas han sufrido en su vida. Alguien por ejemplo no tuvo un ascenso, puede parecer que está molesto por la pérdida de dinero extra, cuando el verdadero dolor es causado por una pérdida de respeto o pérdida de la identidad.
5. Utilizar la ley de la reciprocidad
La ley de la reciprocidad es la base de la cooperación y la colaboración. Lo que damos probablemente sea lo que recibimos. Los seres humanos tienen un patrón profundamente cableado de reciprocidad. Los investigadores han descubierto recientemente las neuronas espejo en el cerebro, lo que sugiere que nuestro sistema límbico (cerebro emocional) que establece empatía recrea la experiencia de las intenciones de los demás y sentimientos dentro de nosotros mismos. El intercambio mutuo y la adaptación interna permiten a dos personas estar en sintonía y empatía con los demás estados interiores.
Por lo tanto una técnica poderosa para dominar en cualquier tipo de disputa es la de empatizar con los sentimientos y puntos de vista de la otra persona mediante la gestión de lo que expresamos – tanto verbal como no verbal. Esta toma de conciencia social permite hacer las concesiones adecuadas en el momento adecuado. Una vez que hayas hecho una concesión, es probable que la otra parte responda en especie. Por otra parte, cuando se reconoce una concesión que se ha hecho, corresponde con una propia.
6. Construir una relación positiva
Una vez que el vínculo se ha establecido, debemos nutrir la relación, así como perseguir nuestros objetivos. Tenemos que equilibrar la razón y la emoción, porque las emociones como el miedo, la ira, la frustración y hasta el amor pueden interrumpir las acciones de otro modo reflexivo.
Tenemos que entender el punto de vista de cada uno, independientemente de si estamos de acuerdo con él o no. Cuanto de manera más efectiva comuniquemos nuestras diferencias y nuestras áreas de acuerdo, mejor vamos a entender las preocupaciones del otro y mejorar nuestras posibilidades de llegar a un acuerdo mutuamente aceptable. Los profundos lazos se basan en lo que el psicólogo Carl Rogers denominó “consideración positiva incondicional”. Todos podemos aprender a comunicar la aceptación de la otra persona, mientras decimos que no o no estamos de acuerdo con un punto específico o comportamiento. Sentirse aceptado, digno y valioso son las necesidades psicológicas básicas. Y, como demuestra la negociación de rehenes, es más productivo persuadir que obligar.
El conflicto está por todas partes. La buena noticia es que el conflicto puede ser muy productivo para las empresas y los particulares y las habilidades de gestión de conflictos se pueden aprender. Los líderes de alto desempeño son efectivos para tratar el conflicto, ya que utilizan las seis habilidades esenciales. He estado negociando en secuestros, muchos de ellos violentos, durante 30 años, y he sido tomado como rehén cuatro veces. Estoy convencido de que incluso los conflictos más extremos pueden ser resueltos a través de la unión, el diálogo y la negociación.

(Texto adaptado. Basado en contenido web)

Aprender y desarrollar capacidades de liderazgo en el trabajo

La habilidad innata de dirigir y marcar el rumbo de un equipo de forma positiva no está al alcance de todo el mundo por lo que, aunque seas empleado y no dueño de una empresa, puedes aprovechar tus capacidades para demostrar y desarrollar tus metas. Cambiando algunos hábitos te convertirás en un gran líder productivo y motivador. Estos son solo algunos ejemplos de esas cualidades y hábitos. 
1. Aprovecha las oportunidades. A tu alrededor existen infinitas vías por explorar y descubrir así que proponte hacer bien las cosas, siempre aportando tus habilidades personales, e intentando ir más allá. En términos coloquiales diríamos que hay que "estar atentos" a las oportunidades que constantemente se producen a nuestro alrededor, y no dejarlas pasar.
2. Sé Positivo. Inspira y dirige a tu equipo con tu ejemplo demostrando que, para alcanzar el éxito, no hace falta ser mezquino ni autoritario si no que debes tener confianza y ganas de cambiar las cosas para mejorarlas. Abrir la mente y los brazos para compartir información y oportunidades.
3. Comparte tus pensamientos. Debes aprender a ser abierto y comunicativo con tu equipo, y comentar con ellos todas las nuevas ideas y perspectivas que pueden aplicar juntos. De esta manera entre todos se deben poner en común los puntos de vista y mejorar el proyecto inicial, además de generar el compromiso que nace de sentir que el proyecto es de todos y no solamente del jefe, o de uno de los integrantes del equipo.
4. Responsabilizarse. Como líder es importante aprender a asumir las consecuencias del devenir del proyecto o idea en el que estén trabajando. No sólo puedes responsabilizarte de lo bueno sino que debes aprender a asumir tus errores para poder aprender de ellos, en lugar de achacárcelos a los demás o gastar energías buscando culpables.
5. No solo hables, hacelo. Comentar los proyectos está bien pero hay que ponerse con el trabajo para poder terminarlo. Si se te ocurre alguna buena idea apúntala para que no se te olvide y puedas comentarla en el momento apropiado con el resto del equipo. Pero mientras tanto no dejes de hacer, no hay mejor maestro que el ejemplo.
6. Arriesgate. Salir de la "zona de confort" es vital para desarrollar tus capacidades de liderazgo. Si haces cosas nuevas conseguirás nuevas soluciones así que deja tus miedos y confía en ti mismo. Un poco de audacia nunca viene mal, anima a los demás a que también tomen ciertos riesgos para conseguir resultados positivos.
7. Tener la mente abierta. Debes estar preparado para asumir las críticas y las ideas que los demás puedan tener. A veces las opiniones no serán positivas pero pueden aportarte nuevas perspectivas y ayudarte a desarrollar tus ideas de una forma distinta pero mejor.
Acompañar nuestras capacidades de una dosis de acción siempre será positivo...

(Texto adaptado. Basado en contenido web)