"Nos encontramos en un punto de la historia en que el
conocimiento es central. Se habla de organizaciones que aprenden, del valor del
know how y de la sociedad del conocimiento: todo a nuestro alrededor es un
desafío, y ante todo lo hecho, solo nos cabe esta rara sensación de que todo
parece estar por hacerse…
“El aprendizaje constante es esencial en la sociedad del
conocimiento” decía Peter Drucker. Y esto tiene que ver con la generación
constante de nuevo saber, con la aparición de nuevas herramientas, de nuevos
enfoques.
La pregunta esencial sería: ¿Aplicamos esos nuevos
conocimientos adquiridos?¿O simplemente utilizamos los nuevos conocimientos
como una ropa nueva, que exhibimos en forma de un diploma o de un nuevo
lenguaje?
Esos libros que orgullosamente atesoramos en nuestra biblioteca ¿nos
acompañan en el quehacer diario?
De nada sirve aprender si no
vamos a construir desde ese nuevo conocimiento, o a aplicar desde esa nueva
herramienta. Comprometerse con la capacitación no es comprometerse con el
estudio, es fundamentalmente comprometerse con el cambio y principalmente con
nuestro propio cambio.
Dice Isao Nakauchi: “La razón de
la existencia de una organización es convertir inmediatamente en acción lo que
se aprende y hacer con ello una contribución a la sociedad”, y lo mismo cabe
para los individuos; nuestra razón de ser es mejorarnos y mejorar nuestra
sociedad, y para ello no alcanza con el saber, es imprescindible el hacer.
Desde esa visión debemos
planificar nuestra capacitación y la de la gente de nuestras organizaciones
desde una doble perspectiva: por un lado debemos pensar qué habilidades debemos
incorporar a la organización y para qué lo haremos, es decir qué actitudes, aptitudes
o prácticas debemos transformar para alcanzar nuestros objetivos
organizacionales.
Pero además debemos planificar en
qué medida daremos lugar al nuevo conocimiento en la organización, cómo nos aseguramos
que lo aprendido pase a ser parte del acervo cultural del grupo.
Sin estos dos elementos de la
mano, gran parte de nuestro esfuerzo será en vano. Si la capacitación no sirve
para generar resultados positivos, pierde absolutamente su valor.
Capacitarse es “ponerse en
capacidad de”. Hagamos de este potencial una realidad que nos haga más exitosos
a nosotros, a nuestras organizaciones y a nuestra sociedad.
(Texto adaptado. Basado en contenido web)
(Texto adaptado. Basado en contenido web)
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