sábado, 24 de noviembre de 2018

No se puede detener la evolución

La imagen puede contener: una o varias personas y personas sentadasLa evolución, como una constante, no se puede detener. Pero entender que el aprendizaje es homogéneo y continuo es falaz. No debemos perder de vista la historia. 
Las organizaciones han pasado por distintas etapas o visiones, desde estructuras de tipo mecanicistas a estructuras sistémicas, como se las denomina hoy. En el paso de estas etapas, siempre ha existido un acomodamiento interno, basado en las necesidades de respuesta que el contexto impone y muy pocas veces, desde una inteligencia de abordaje proactivo.
Este proceso ha sufrido distintas etapas que estuvieron estrechamente ligadas a la frecuencia de interacción de la evolución del mundo, que es constante pero discontinua.
Esta situación que parece obvia ha sido la pregunta que convivió por siglos en las organizaciones, sin respuesta. Recordemos simplemente la invención de la imprenta de tipos móviles en 1440 por Gutenberg. Se difundió por toda Europa y antes del 1500, ya había alrededor de ciento cincuenta mil libros impresos. Es por ello que la conciencia de aprendizaje varía de acuerdo a los niveles de percepción que posean las organizaciones de lo que ocurre en el mundo y de qué manera este impactará en su desarrollo. Insistimos, no puede existir un crecimiento y desarrollo homogéneo y sostenido en todas las variables de un sistema, pues si eso fuese cierto, no existirían partes débiles o fuertes. Todas serían débiles o fuertes.
Prueba de ello es la expansión y contracción continua de las organizaciones y de su forma de gestionar los recursos. Están permanentemente modificando sus estrategias, debido a que lo que las hacía fuertes en un momento, la debilitaron en otro.
Si recorremos un poco la historia, podríamos dar un ejemplo:
A partir de la segunda revolución industrial, las organizaciones favorecidas por la primitiva tecnología, dieron prioridad a la producción. Luego a principios del siglo XX, junto con las primeras revoluciones del management encaradas por Taylor y sus seguidores, incluso Elton Mayo, las organizaciones comenzaron a entender el concepto de productividad. Pero este concepto estaba sujeto a la especialización y al ritmo de trabajo. En definitiva, todo el pensamiento hasta ese momento estaba orientado hacia la base de las organizaciones. Es decir que las actividades manuales de los trabajadores eran el objeto del management.
A medida que estas construcciones fueron dominadas, la lógica natural de la evolución abrió caminos alternativos. Así, comenzaron a surgir las primeras ideas de management general que podían aplicarse a la organización como un todo. Estas ideas, aunque profundizadas en los Estados Unidos, surgieron en pensadores europeos. Como consecuencia de ello, los niveles de rentabilidad aumentaron, por lo que fue necesario aplicar con mayor precisión los conceptos contables, financieros, logísticos, comerciales y de distribución. Fue entonces cuando estas investigaciones empíricas impulsaron las expansiones internacionales.
Ya a mediados del siglo XX, surgió una preocupación por el aumento del control de la calidad, para reducir costos innecesarios. Como puede ver, hasta ese momento, todos los pensamientos estaban orientados hacia aspectos tangibles de producción, como consecuencia del pensamiento propio de la época.
La secuencia histórica está definida y es cierto que el pensamiento del management comenzó en la base de las organizaciones y que los primeros estudiosos, en su inmensa mayoría, eran ingenieros.
Pero, ¿a dónde nos llevan estos comentarios?
Comprender que la esencia en el enfoque de la gestión fue evolucionando, pasando desde un foco productivo orientado solo al producto a un foco de inteligencia en la gestión del conocimiento del capital humano, es el cambio más significativo que pudo verse en menos de un siglo.
En la década del 60, la comercialización fue el disparador para considerar que no todos los clientes son iguales y que concentrarse en los gustos y valores segmentados sería una ventaja competitiva dinámica. Esta situación, por primera vez, obligó a las organizaciones a concentrarse en variables externas que, por su dificultad, eran y son incontrolables. Por tal motivo, el cambio en su percepción experimentó un giro revolucionario, debiendo concentrarse en la única variable que podía proporcionar una ventaja estratégica: los recursos humanos. Si bien esta tarea aún es escasa y desordenada, no se conoce con exactitud cómo desarrollarla ni tampoco cómo mensurarla. Es entonces donde aprendimos que ese intercambio de fuerzas entre el contexto y los individuos forma los valores de una época, influyendo directamente en ciertos recursos más que en otros en forma discreta, pero no continua.
Parecería que las organizaciones, después de varios años, quizás siglos, han llegado a la conclusión de que la transferencia activa del conocimiento es la única manera que les permitirá evolucionar...


(Texto adaptado. Basado en contenido web)

Tomar decisiones te hace feliz

La imagen puede contener: 1 persona, de pie e interiorMe encanta la frase que dice “¿Tomas algo para ser feliz? Sí, tomo decisiones.”
La toma de decisiones implica elegir y son, precisamente, nuestras elecciones diarias lo que van haciendo nuestra vida.
Lo que sos hoy, lo que tenés, con quien estás y lo que estás viviendo son producto de tus decisiones y elecciones de ayer.
¿Sos feliz? ¿Te gusta tu vida? ¿Elegiste? ¿Dejaste que otros eligieran? ¿Te gustaría cambiar tu vida...? 
Preguntas difíciles ¿verdad?
El pasado no lo podemos cambiar y del presente quizá algunas cosas no, pero otras estoy segura de que sí. Son estos cambios lo que te traerá un futuro mejor. ¿No es en lo que todos pensamos, en un futuro mejor que nunca llega? No es cuestión de esperarlo, se trata de crearlo.
Ese futuro mejor no llega porque no actuamos en el presente, el futuro no se fabrica por azar o por suerte. Empezá a hacer algo hoy para crearte un futuro mejor. 
Un día será un presente que te permitirá seguir construyendo mejores futuros.
Todo es cuestión de decidir qué hacer.
Seguro que conocés a alguien que ha hecho giro en su vida. La primera pregunta que le podés hacer es; ¿qué has hecho para estar tan bien? Y las posibles repuestas: cambié de trabajo, Empecé a estudiar, empecé a hacer deporte, me casé… o eliminé de mi vida lo que no me dejaba ser feliz. Cada uno tendrá sus propias respuestas.
Los resultados no son instantáneos. La vida es una continua toma de decisiones y elecciones que conllevan miedo, inseguridad, incertidumbre. Y esto es lo que no nos gusta porque supone un esfuerzo, pero todo tiene un precio.
Pero por eso la felicidad es una elección, es una decisión. No se compra, no se vende, no se aprende, no está en los libros.
Hay elecciones que te ayudarán a estar mejor, sea como sea tu vida.
- Elegí tu actitud.
Es la actitud la que dicta tus pensamientos, éstos tus decisiones y, como consecuencia, tus resultados.
En cada situación podés elegir cómo reaccionar. No siempre lo hacemos de la mejor manera, pero con la práctica el tiempo entre la elección y la reacción se hace más largo. Sentirás que sos vos el que domina, no tu mente.
- Elegí tus hábitos.
Todos tenemos hábitos que no nos ayudan a estar mejor. Si empezás por uno de ellos y “decidís” comprometerte a cambiarlo, el resultado será positivo. ¿Qué hábito querés cambiar?
De la misma manera se pueden incorporar nuevos buenos hábitos que sólo te traerán beneficios. ¿Cuál será el primero?
- Elegí tu compañía.
Huye de las personas negativas, de las quejicas, de aquellas que sólo buscan aprovecharse de los demás, de las que están al tanto de la última mala noticia.
No podemos evitar que nos hagan daño la primera vez, pero seguir cerca es una elección tuya.
- Elegí un tiempo para vos.
Pensar en tener tu tiempo, tu espacio y tu libertad no es ser egoísta. Es una necesidad. Para estar bien, lo primero es cuidarte física, mental y espiritualmente.
- Elegí tus pensamientos.
Quizá estés pensando que es fácil decirlo. Y te doy la razón, es fácil decirlo y difícil hacerlo. Pero si no empezás, más difícil será que todo vaya mejor.
No le des más vueltas, no hay atajos para llegar a la felicidad. 
¡Empezá tomando decisiones!

(Texto adaptado. Basado en contenido web)

¿Qué es la estrategia?

La palabra estrategia proviene del latín strategia y este del griego στρατηγíα.
Según el Diccionario de la Real Academia (2017), estrategia se define como:
• “f. Arte de dirigir las operaciones militares.
• f. Arte, traza para dirigir un asunto.
• f. Mat. En un proceso regulable, conjunto de las reglas que aseguran una decisión” (Recuperado de https://goo.gl/xdpESd).
A pesar de ser un término históricamente vinculado con el ámbito militar, este concepto salta al terreno empresarial en el año 1944 cuando los matemáticos y economistas von Neumann y Morgenrstern utilizan el vocablo estrategia en su Theory of Games and Economic Behaviour (2007).
Desde entonces, la palabra estrategia se utiliza en el mundo empresarial para dar cuenta del conjunto de actuaciones necesarias para alcanzar un objetivo consensuado y coherente con las necesidades de supervivencia, desarrollo y crecimiento de una organización. Implica, como se verá más adelante, la elección entre distintas alternativas, basándose en información externa e interna para alcanzar una posición determinada en el mercado y una rentabilidad adecuada a las necesidades de la empresa.
A partir de un correcto análisis del entorno (análisis externo) y de un análisis interno (recursos y competencias clave), y utilizando las herramientas adecuadas, se configura una estrategia posible.
Esta se filtra en el proceso de planificación estratégica, teniendo en cuenta los cambios esperados en el entorno y necesidades de adaptación a la organización. A partir de este punto, surge la estrategia real, que es la que se implementará.


(Texto adaptado. Basado en contenido web)

"Si tenés 50 años, nadie va a mirar tu curriculum..."

Relativamente cerca de la jubilación y con las nuevas generaciones pegando fuerte, los 50 años son una edad complicada para buscar trabajo, por lo que es más necesario que nunca tener un buen currículum.
La imagen puede contener: 1 persona, sentado* Claves para elaborar un curriculum adecuado *
- Debe contener un resumen cronológico
A los reclutadores les gustará saber de tu experiencia y de los lugares en los que has trabajado, pero no caigas en la autobiografía. Para evitar ese error, lo mejor es un resumen cronológico que aglutine los lugares por los que has pasado y los ámbitos laborales en los que te manejas. La brevedad es un plus. Detalla lo justo y necesario para no pasar por alto nada, ni caer en la arrogancia. Tu experiencia no necesita una narración próxima a la épica, sino una buena presentación.
- No tiene que recoger todos los trabajos que has realizado
Como hemos dicho anteriormente, no se trata de escribir una autobiografía, así que no es necesario que narres todos los trabajos realizados desde tu graduación, ni tampoco que incluyas la fecha en la que eso aconteció. Agrupa tus puestos por empresas y deja algunas posiciones únicas para una posible sección de “experiencia adicional”.
- Hay que resaltar logros y habilidades.
En una vida laboral amplia, lo mejor es centrarse en las habilidades y los logros conseguidos, especialmente en lo último. Esto es así porque las habilidades también puede tenerlas alguien más joven, pero los logros es más difícil y es ahí donde puedes marcar la diferencia a ojos de un reclutador. La experiencia siempre es un grado.
- Y por último, recuerda que un CV no solo depende de ti, si no de lo que el empleador busca. Estudia bien a quién te diriges y una vez que sepas qué busca ese alguien, adapta tu currículum a sus necesidades y requerimientos.
Al fin y al cabo, estos pasos no difieren mucho entre la búsqueda de empleo de jóvenes y mayores, pero a ciertas edades la búsqueda es más complicada y la competencia mayor, por lo que a partir de los 50 es imprescindible que un currículum siga estos pasos.
No hay que desanimarse. Confía en el poder de tu experiencia y tus habilidades.


(Texto adaptado. Basado en contenido web)

Sobre pensamientos y acción política


El hombre es capaz de enfrentar cualquier dificultad si se halla armado de una sólida verdad.
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Está en nuestro ánimo la absoluta conciencia del momento trascendental que vivimos. Si la historia de la Humanidad es una limitada serie de instantes decisivos, no cabe duda de que, gran parte de lo que en el futuro se decida a ser, dependerá de los hechos que estamos presenciando. No puede existir a este respecto divorcio alguno entre el pensamiento y la acción, mientras la sociedad y el hombre se enfrentan con la crisis de valores más profunda acaso de cuantas su evolución ha registrado.
Es posible que la acción del pensamiento haya perdido en los últimos tiempos contacto directo con las realidades de la vida de los pueblos. También es posible que el cultivo de las grandes verdades, la persecución infatigable de las razones últimas, hayan convertido a una ciencia abstracta y docente por su naturaleza en un virtuosismo técnico, con el consiguiente distanciamiento de las perspectivas en que el hombre suele desenvolverse.
Acaso sobre el gran fondo filosófico que es la verdad, haya prevalecido una cuestión de tendencias, ajenas al ansia de conocimiento a cuya satisfacción debería consagrarse toda fuerza creadora. En ausencia de tesis fundamentales defendidas con la perseverancia debida, surgen las pequeñas tesis, muy capaces de sembrar el desconcierto...
Los problemas sustantivos no han sido resueltos en el tiempo, tal vez porque existe un problema y una verdad demostrable para cada generación. Quizá, para cada generación sean siempre los mismos tal problema y tal verdad.
Los griegos de Sócrates se formulaban grandes preguntas: el ser, el principio, la virtud, la belleza, la finalidad, y trataron de formular debidamente sus tablas de Moral y sus principios de Etica.
El hombre está hoy tan necesitado de una explicación como aquellos para quienes Sócrates, tantos siglos atrás, forzaba sus problemas...
Nuestra comunidad tenderá a ser de hombres y no de bestias. Nuestra disciplina tiende a ser conocimiento, buscar ser cultura. Nuestra libertad, coexistencia de las libertades que procede de una ética para la que el bien general se halla siempre vivo, presente indeclinable.
Esta comunidad que persigue fines espirituales y materiales, que tiende a superarse, que anhela mejorar y ser más justa, más buena y más feliz, en la que el individuo puede realizarse y realizarla simultáneamente, dará al hombre futuro la bienvenida desde su alta torre con la noble convicción de Spinoza: «Sentimos, experimentamos, que somos eternos...»

Transformaciones en el mundo del trabajo

Estamos atravesando una transformación fundamental en la forma de trabajar. La automatización y las "máquinas inteligentes" están reemplazando tareas y empleos humanos y cambiando las habilidades que buscan las organizaciones en su personal.

"Talento" ya no significa lo mismo que hace diez años; muchos de los roles, habilidades y cargos que van a existir en el futuro no se conocen hoy. ¿Cómo pueden las organizaciones prepararse para un futuro que pocos se animan a definir? ¿Cómo van a cambiar las nencesidades de talento? ¿Cómo se puede atraer, mantener y motivar a la gente que necesitamos? ¿Y qué quiere decir todo esto para Recursos Humanos? Todos estos interrogantes se plantean en "Four Worlds of Work", un trabajo realizado conjuntamente por Carol Stubbings y Jon Williams, ambos al frente de la división People and Organization, de PwC.
La idea de ese trabajo es que no se puede esperar a que se desenvuelvan los acontecimientos; para prepararse para el futuro primero hay que entenderlo. Por eso el informe analiza en detalle cómo podría ser el lugar donde la gente trabaje en la próxima década. Se basó en una investigación comenzada en 2007 por un equipo de PwC y el James Martin Institute for Science and Civilisation en la Said Business School de Oxford, Inglaterra y en una encuesta a 10.000 personas de China, India, Alemania, Gran Bretaña y Estados Unidos.
Los resultados de esa encuesta permitieron a los autores saber cómo imagina la gente que va a evolucionar el trabajo y cómo cree que esa evolución afecte sus perspectivas de empleo y su futura vida laboral.
Partiendo de la premisa que ninguna exploración del futuro es concluyente, el informe global de PwC arriesga que para el año 2030 habrá "Cuatro mundos del trabajo" (Four Worlds of Work), o sea cuatro escenarios posibles que se podrían desarrollar y brinda herramientas para prepararse para ese futuro.
Para imaginar cómo será el trabajo en el futuro debemos considerar las grandes preguntas de nuestra era. ¿Qué influencia tendrán el continuo avance de la tecnología, la automatización y la inteligencia artificial en definir el lugar donde trabajamos y la forma en que lo haremos? ¿Tendremos necesidad de trabajar? ¿Cuál será nuestro lugar en un mundo automatizado?
Muchos analistas se concentran en la tecnología y el rol que se presume tendrá la automatización en los empleos y el lugar de trabajo. Los autores de este informe creen que la verdadera historia es mucho más complicada. Dicen que no se trata tanto de la innovación tecnológica sino de la forma en que los humanos decidan usar esa tecnología. La forma que adopte la fuerza laboral del futuro será el resultado de fuerzas complejas, cambiantes y encontradas. Algunas de esas fuerzas son inevitables, pero la velocidad con que se desarrollen es difícil de predecir. Regulaciones, leyes, los gobiernos que las impongan, las opiniones de consumidores, ciudadanos y trabajadores, todo eso influirá en la transición hacia el trabajo automatizado.
El resultado de esa batalla determinará el futuro del trabajo en 2030. Cuando son tantas las fuerzas en juego, las predicciones lineares son demasiado simplistas. Las empresas, los gobiernos y los individuos deben estar preparados para una serie de resultados. 
La imagen puede contener: 1 persona, sentado e interiorLas innovaciones disruptivas, los nuevos modelos de negocios y la escasez de recursos que están impactando en todos los sectores...













(Texto adaptado. Basado en contenido web)


Unidad en la política



"Para partir desde lo más elemental: si hablamos de unidad política, tenemos que hacerlo en la perspectiva de una unidad de las diferencias. 
Entre no-diferentes no puede haber unidad porque por definición están unidos. La necesidad de una unidad surge precisamente de las diferencias. 
Por eso mismo las diferencias no desaparecen con la unidad, sino que se mantienen, aunque subordinadas, a los objetivos superiores o superadores que llevan a contraerla..."










(Texto adaptado. Basado en contenido web)