sábado, 14 de marzo de 2020

¿Belleza en la imperfección?


En el Louvre, en París, Francia, uno de los más afamados museos del mundo, existe una estatua de unos 6 metros de altura que se calcula data de hace más de 2.000 años. Esta fue descubierta en trozos, por un arqueólogo aficionado, en la arena de la isla griega de Samotracia, en el año 1863. Hoy día se yergue firme y fuerte entre las más célebres piezas de arte del museo Louvre y, quizá, una de las más reconocidas esculturas del mundo.
La llamamos la "Victoria Alada de Samotracia", aunque se desconoce el nombre que le diera su creador. De hecho, no se sabe quién la esculpió ni cuál fue su propósito o significado original. El hecho de que la figura alada parece “extenderse hacia el frente en la proa de un barco”, lleva a algunos “historiadores a concluir que fue creada para conmemorar una exitosa batalla naval”. Pero eso es lo que imaginamos; ni siquiera sabemos la forma exacta de la Victoria Alada, puesto que nunca se encontraron la cabeza ni los brazos.
Sin embargo, pese a todo cuanto desconocemos de esta magnífica escultura, sí sabemos cómo nos sentimos al observarla. La Victoria Alada despierta sentimientos de triunfo, admiración, valor, confianza...
Pero, ¿por qué es esta obra de arte dañada e incompleta tan universalmente venerada? Algunas personas destacan la destreza artística evidenciada en los restos de la Victoria Alada, comentando que es hermosa pese a estar incompleta. Porque convengamos que nada o nadie tiene por qué ser perfecto para ser hermoso. Por otro lado, hay algo fascinante y misterioso en las imperfecciones de la escultura.
¿No será que ella es hermosa debido a sus imperfecciones y a causa de no estar completa?
Lo cierto es que a diario estamos rodeados de personas y situaciones imperfectas e incompletas,(empezando por nosotros mismos).
Tanto es así que, no se si a Uds les habrá pasado, pero a veces me he sentido tirado y despedazado en la arena de la vida. Sin embargo, todos podemos tener nuestro proceso de recuperación, de rearmado, no de condenación. Todos merecemos redención, en vez de rechazo.
Cuando observamos la famosa estatua, también recordamos que las victorias son hermosas, aunque nunca perfectas.
La Victoria Alada de Samotracia parece decirnos que las imperfecciones jamás deben quitarnos la confianza ni nuestra capacidad de ser firmes y constantes en lo que somos, creemos y deseamos...

(MyPI)

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