viernes, 10 de diciembre de 2010

Familia y democracia

Un peligro constante para la familia es la invasión de las fuerzas del mal que parecen provenir de todas direcciones. Nuestro esfuerzo principal debe ser la búsqueda de la verdad, la protección de nuestros hogares de lo que destruye el desarrollo y el progreso espiritual.
La pornografía es un arma de destrucción moral masiva. Su influencia está al frente de la erosión de los valores morales. Igualmente letales son algunos programas de televisión y sitios de Internet. Según las conclusiones de un estudio realizado por Jacques Barzun,  los niveles de decadencia se van acelerando.
Debemos aumentar considerablemente la observancia religiosa en el hogar, convirtiendo a nuestros hogares en verdaderos refugios contra todas las malas influencias que dañan la moral.
Además de proteger a nuestra propia familia, debemos ser fuente de luz en nuestras comunidades. Quienes podemos tener influencia en la comunidad y algunos de sus líderes, tenemos también la responsabilidad de utilizar esa influencia en favor de nuestros valores.
Siempre se ha librado una lucha constante entre personas de fe y aquellos que desean sacar la religión y a Dios de la vida pública. Muchos líderes de la opinión pública rechazan hoy día un punto de vista moral del mundo basado en valores cristianos. Según su opinión no existe un orden moral objetivo, creen que las normas morales pueden adaptarse a los tiempos y las circunstancias, intentando dar a esa falta de valores una valoración positiva a la que llaman "pragmatismo".
En este momento del mundo es esencial que los valores basados en la conciencia religiosa formen parte de la agenda pública. Aunque a estas posturas no se les de preferencia, tampoco se las debe despreciar; y la inclusión de los valores en el análisis de nuevas leyes, proyectos y legislación es parte de la tarea de quienes compartimos tareas y sentimientos tanto en la actividad religiosa como en la militancia política.
La fe religiosa es una fuente de luz, conocimiento y sabiduría; y beneficia a la sociedad de manera asombrosa cuando los adeptos asumen una conducta moral porque consideran que deben rendir cuentas a Dios.
De todos los valores religiosos, nada contribuye mas a fortalecer a la sociedad y la democracia que la fortaleza de la familia, como elemento constituyente básico de ese tejido social, aunque la familia no es una construcción política o social.
"La familia es ordenada por Dios..." pero ese será tema de una próxima entrada...  

(Texto adaptado. Basado en contenido web)

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